Las bodegas de creta.

Siga el pasillo de piedra que conduce a nuestras bodegas de conservación.
Sus pasos serán lo único que resuene en estos dos kilómetros de galerías silenciosas suspendidas en el tiempo.
Estas bodegas de creta custodian desde el siglo XVII nuestros vinos para elevarlos a una categoría superior. Los años pasan y el tiempo cumple su función.
El instinto y el saber hacer de nuestros equipos nos permiten determinar el momento en que las botellas saldrán de la bodega.

Las bodegas de creta, que se remontan a los siglos XVII y XIX, resguardan los primorosos vinos de la Casa. Con el paso del tiempo, los vinos se vuelven más audaces y los aromas se expanden, impregnados de toda la finura, el equilibrio y la elegancia que caracterizan la personalidad de los champanes de la Casa. Los champanes sin millésime desarrollan todo su potencial en un plazo de tres a cuatro años, es decir, durante el doble de tiempo de lo que marca la denominación, mientras que las cuvées con millésime tendrán que esperar diez años para expresar toda su madurez. La nobleza del champán Billecart-Salmon se basa en dejar que el tiempo cumpla su función.